La barrera de la piel es la superficie externa de la piel, incluido el estrato córneo, la capa más externa de la epidermis. El estrato córneo está compuesto por células de la piel, lípidos y factores hidratantes naturales como los Aminoácidos y los ácidos grasos. Tiene una composición “tradicional”, con las células de la piel como “ladrillos” y los lípidos (o aceites) formando el “mortero” que funciona para mover la humedad entre las células.

Una de las principales funciones de la piel es la protección, en la que la barrera de la piel desempeña un papel importante. Una barrera de la piel sana puede ayudar a defenderse de los agresores ambientales, como el sol y la contaminación. Además de la protección, la barrera de la piel también ayuda a retener y regular la humedad dentro de la piel.

Cuando la barrera de la piel está dañada o comprometida, es más susceptible a los agresores externos, como los rayos UV y la contaminación, que pueden penetrar más fácilmente en la piel. Una barrera de la piel dañada también puede experimentar una pérdida de agua y nutrientes que puede alterar tu equilibrio de hidratación. Cuando este equilibrio se rompe, la piel puede perder su flexibilidad, tener una apariencia opaca o irregular, sentirse tensa o incómoda e incluso experimentar sequedad, rojeces, imperfecciones o manchas.

Una barrera de la piel sana actúa eficazmente reteniendo la humedad y ayudando a proteger la piel de los agresores e irritantes. Mantener niveles de hidratación equilibrados en la piel mediante el uso de una crema hidratante o facial diaria puede crear una base para retrasar los signos de la edad y mantener su capacidad de protección. Cuando la barrera de la piel está sana y es resistente, la piel se siente suave e hidratada y tiene una apariencia radiante y más joven.

Para tener una idea de la barrera de la piel,observá fíjate primero la apariencia y el tacto de tu piel. La irritación, las manchas y la sequedad pueden indicar que puede haber una barrera de la piel dañada. Los signos pueden variar mucho según el tipo de piel: la piel oleosa dañada puede producir más oleosidad, mientras que la piel seca dañada puede volverse áspera o descamada.

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