Usá siempre un producto de protección solar de amplio espectro contra los rayos UVA y UVB. Recordá que el uso diario es clave, incluso en días nublados.

Aplicá cada mañana antes de salir de tu casa. No olvides reaplicar la protección solar al menos cada dos horas a lo largo del día, y justo después de nadar o sudar. En caso de dudas, consultá las instrucciones del envase.

Si se utiliza según las indicaciones junto con otras medidas de protección solar, el uso diligente de productos de protección solar formulados con un FPS de 15 de amplio espectro o superior puede ayudar a disminuir el riesgo de cáncer de piel y de envejecimiento prematuro de la piel causado por el sol.

Si tenés una piel eleosa, propensa al acné o sensible, considerá un protector solar mineral. También denominados protectores solares físicos, estos productos de protección solar suelen ser más ligeros y no comedogénicos.

Para ayudarte a hidratar mientras te protegés, optá por una de nuestras cremas hidratantes más apreciadas, formuladas con FPS de amplio espectro.

Prestá mucha atención a las fechas de caducidad, ya que los protectores solares pueden perder sus cualidades protectoras con el tiempo.